2 de noviembre de 2010

Funayurei (Fantasmas del Mar).

Son los espíritus de quienes han perecido en el mar, cuya sed de venganza por sus muertes los convoca a atacar a los vivos. Estos se aproximan a las embarcaciones que se atreven a zarpar de las costas de Japón durante la víspera de Año Nuevo y las detienen para pedirle a los marineros un cucharón hishaku. Si se les entrega, estos empezarán a verter grandes cantidades de agua de mar en la embarcación hasta que la misma se hunda.

Cucharón hishaku, usado para verter agua caliente.

Esta leyenda nos relata un encuentro con los funayurei:

"Una vez, en Mizushimanada; una embarcación solitaria se aventuró a cruzar el mar de Seto cargado de mercadería. Debido a la naturaleza de su carga, el barco no tuvo más remedio que cruzar en la víspera de Año Nuevo, y su suerte no podía ser peor ya que estaban siendo azotados por un fuertísimo oleaje. A pesar del mal tiempo, los marineros se daban ánimos entre ellos y continuaron navegando a través del tenebroso mar, oscuro como el cielo. El navío se dirigía con fuerza, con buen viento y ligeresa. De repente, el cielo rugió y un aguacero irrumpió sobre ellos. Aún así, los barqueros no se dejaron intimidar y continuaron con su trabajo, el barco mantuvo su curso en firme, y la violencia de la lluvia siguió en aumento. Cuando de pronto, la embarcación se detuvo en seco como si algo la hubiese sujetado por la popa, y el viento se esfumó a una calma de ultratumba. En seguida, se vieron envueltos por una feroz brisa helada que parecía salida del más crudo de los inviernos. Incrédulos de lo que les sucedía intentaron remar con todas sus fuerzas pero el navío permanecía inmovil, como petrificado sobre el mar. 

Funayurei. Utagawa Kuniyoshi.

Desde las profundidades del agua, observaron algo que iba a la deriva hacia el barco. Parecían casi como bolas flotantes de algodón. Las formas blancas se movilizaron hacia arriba, sin descanso, aumentando de tamaño a medida que se acercaban. Los barqueros podían verlos ahora, envuelto en kimonos blancos como la nieve, su cabello flotando en el agua violentamente. Desde abajo había una luz espectral que iluminaba sus rostros. No había duda, se trataba de los temidos funayurei. Sus manos fantasmales se extendían a través de las olas, y sus voces acarreaban un resentimiento amargo hacia los vivos, al tiempo que les solicitaban una cuchara hishaku. Pero los barqueros sabían muy bien, que si se dejaban  vencer por el miedo y les entregaban la cuchara hishaku que pedían, eran hombres muertos. Ante sus ojos, la cuchara hishaku se dividiría en cientos de cucharas, y una inumerable cantidad de brazos se erguirían desde el océano. Al tiempo que entonan una desventurada canción con voces llenas de odio, inundarían el barco hasta hundrilo. Y si esto no es suficiente para hundir su barco, lo tomarán y lo arrastrarán hasta el fondo del océano.

Por Shunsen de la serie Ehon Hyaku Monogatari

Sin embargo, estos barqueros, temblando tan mal que apenas podían sostener sus remos, se negaron rotundamente y con todas sus fuerzas lograron sacar el navío del agua. Pero esto no desanimó a los funayurei. Poco a poco, el barco avanzaba lentamente en el agua, seguido de cerca por el funayurei. Los barqueros tomaron sus remos y comenzaron a golpear con todas sus fuerzas sobre las cabezas de los funayurei. Un funayurei se apoderó de uno de los remos y tiró con tal fuerza que uno de los barqueros fue arrastrado hacia el océano. Al soltar el remo, trepó por el costado de la embarcación golpeando la linterna que habían utilizado para guiarles su camino. Las chispas volaron fuera de la linterna, y los funayurei huyeron ante el poder de la llama. Con ello, el barco que se había mantenido casi inmóvil en el agua de repente se liberó y navegó sin problemas. Con las pocas fuerzas que aún les quedaban, los barqueros lograron arribar sanos y salvos a tierra."


Por Kawanabe Kyosai

Los funayurei siempre piden la cuchara hishaku. Debido a esto, algunos barcos llevan una cuchara hishaku especialmente preparada con agujeros taladrados en ella. De esta manera, cuando se le pase la cuchara a los funayurei estos no serán capaces de llenar el bote con agua y podrán escapar.

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